A
Fuego Lento
Por:
Alberto Ramos García
Pareciera
que la delincuencia también hubiera organizado una cuarta transformación no
sólo en Chiapas sino particularmente en la capital chiapaneca, pues la ola de
violencia y delitos comunes se han desatado; si bien es verdad, aquí podemos
“caminar tranquilamente” por las calles sin quedar en un fuego cruzado, también
lo cierto es que esa tranquilidad es medible.
Porque
ese “caminar tranquilamente” no hará que nos encontremos con una bala perdida
pero si con un delincuente que quiera nuestra cartera, teléfono y más; sin
embargo, este fenómeno se debe a la incapacidad del gobierno municipal de
brindar una estrategia en material de seguridad para los tuxtlecos, o es un
efecto de la falta de empleo y oportunidades, o incluso de la renovación de la
policía municipal.
Un
efecto similar ocurrió en el 2016, cuando la Secretaría de Seguridad Pública,
Tránsito y Vialidad Municipal informó que 124 elementos de la corporación
fueron dados de baja por no aprobar el examen de control de confianza.
El
despido masivo se debió a que según la Ley General del Sistema Nacional de
Seguridad Pública, marca de forma inmediata, la destitución de los elementos no
aptos.
Con
esto no decimos que los ex policías estén delinquiendo, pero muy probablemente
cierto número de ellos podría estarlo haciendo; otro factor que podría estar
influyendo es la falta de elementos de seguridad e incluso la falta de
experiencias de los nuevos elementos.
Tan
solo en diciembre pasado, el titular de la Secretaría Municipal,
Jorge Alexis Zuart Córdova, hizo un llamado a los ciudadanos interesados en
participar para el proceso de reclutamiento, selección e ingreso como
integrante de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal.
En
esa ocasión detalló que las nuevas altas reforzarían el cuerpo policial de la
ciudad y se sumarían a la administración entrante de Carlos Morales. Lo que no
se precisó es si serían más elementos de seguridad para Tuxtla o
reemplazarían a los existentes.
La
realidad es que el Tuxtla en que estamos viviendo, dista mucho de quienes
crecimos y formamos una familia en la capital. Ya no es seguro caminar por las
calles del centro, no es seguro acudir a un centro comercial o restaurant, no
es seguro ir a realizar un movimiento bancario, y tampoco es seguro dejar tu
coche fuera de tu domicilio.
¿Los
tuxtlecos han perdido sus valores?, ¿La falta de empleo y oportunidades está
golpeando a más familias?.
El
fenómeno que vivimos en Tuxtla resulta sorprendente, pues los delincuentes no
pueden estar años escondidos, ¿Qué ocurrió en el cambio de administración?,
¿Qué es lo que no le permite al gobierno municipal mantener a raya a la
delincuencia?.
Justamente leí
uno de los casos que han dejado con la boca abierta a la ciudadanía, un militar
que fue lesionado durante un presunto asunto y horas más tardes perdió la vida.
Según
la información publicada en un medio local, “un subteniente de Transmisiones
del Ejército mexicano recibió dos impactos de arma de fuego en el cuello y
abdomen en un aparente asalto tras hacer un retiro bancario en Tuxtla
Gutiérrez, en el que los delincuentes lograron escapar con rumbo desconocido”.
Los
hechos ocurrieron en el fraccionamiento Las Arboledas, y según versiones de un
acompañante, “ambos circulaban por la calle mencionada después de hacer un
retiro bancario cuando fueron interceptados por un vehículo tipo Jetta color
rojo con matrícula de circulación 448-YGZ del Distrito Federal”.
Y lo
más lamentable el oficial del Ejército Mexicano falleció horas después en el
hospital Militar, y la noticia estremeció a la ciudadanía Tuxtleca.
Finalmente:
El nombramiento del alcalde Carlos Morales Vázquez como Presidente del Consejo
Intermunicipal de Seguridad Pública zona metropolitana, se da en el peor
momento de Inseguridad por los asaltos a mano armada, asesinatos, feminicidios,
robo a casa habitación y comercio, asaltos a cuentahabiente, robo de automóviles,
etcétera , etcétera.
Otra
pregunta es, y ahora, ¿Quién podrá defendernos?.
Nos
leemos en la próxima, disfrute su fin de semana, Dios me lo bendiga.
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