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Entre asaltos, homicidios y protestas se debate la capital, donde el alcalde
Carlos Morales y el secretario de Seguridad Pública, Jorge Zuart lucen felices
en sus eventos - El edil Carlos Morales luce feliz en sus eventos, mientras que
Tuxtla se desmorona. Cortesía
Manuel
de la Cruz
Una
ola de hechos violentos: asesinatos, asaltos a mano armada, a cuentahabientes,
comercios y a casas, una ciudad en penumbra y en completo abandono, así está
Tuxtla, que se cae a pedazos mientras el alcalde Carlos Morales Vázquez y el
secretario de Seguridad Pública, Jorge Alexis Zuart Córdova socializan y lucen
felices en sus eventos.
El
descontento social crece como espuma y ante la ausencia de la Policía
Municipal, los propios ciudadanos capturan a los delincuentes, a punto de tomar
la justicia en sus manos.
¿Y
CARLOS DÓNDE ESTÁ?
Mientras,
la ciudad atraviesa su peor momento, el edil feliz y con pants y camiseta roja
está sembrando arbolitos, después de haber trasquilado y mutilado a decenas de
árboles adultos que eran el pulmón de la capital o “fomentando el deporte” con
una tienda de conveniencia.
En
respuesta un grupo de periodistas y, sobre todo, ciudadanos molestos de varias
colonias afectadas por la ola delictiva se manifestaron la mañana de ayer,
marcharon del Parque Jardín de la Marimba al Parque Central. Gritaron consignas
y con pancartas reclamaron la “ineptitud” de Morales Vázquez, a quien exigen
más eficacia al frente del Ayuntamiento y si no, su renuncia.
El
alcalde emanado de Morena que en dos ocasiones anteriores había buscado la
presidencia municipal sin éxito, ahora que lo consiguió le quedó grande el
puesto, dice Ángeles Cruz, una académica que se sumó a la marcha.
Mientras
los policías se dedican a hostigar a los comerciantes en el Centro, los
recorridos de vigilancia en las colonias, los sitios públicos o de recreación
se quedaron en el pasado. Tuxtla se desmorona y el alcalde pierde piso. El
hampa lleva la delantera.
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