En
la Mira
Héctor
Estrada
El
saqueo indiscriminado a las finanzas públicas encabezado por Manuel Velasco y
el desastre gubernamental de Enrique Peña Nieto se convirtieron al final de
cuentas en uno de los peores sexenios para Chiapas. La falta de grandes
proyectos de infraestructura y el fracaso de los pocos que se intentaron
convirtieron a los últimos seis años en una etapa de estancamiento y abusos
contra el ya de por si golpeado pueblo chiapaneco.
¿Pero
cuáles fueron las más grandes mentiras y fracasos de Enrique Peña Nieto en Chiapas
durante el sexenio que concluyó este 30 de noviembre?
Más
allá del mediocre cumplimiento de sus compromisos de campaña en la entidad,
algunos inaugurados (a medias) este mismo 30 de noviembre, son tres los temas
que marcarán su sexenio en Chiapas como un fracaso rotundo y un duro golpe a la
dignidad de quienes menos tienen.
El
mayor proyecto sexenal de Enrique Peña Nieto en materia de infraestructura para
Chiapas terminó por convertirse en la mayor promesa incumplida de su gobierno.
Se trata de la autopista San Cristóbal de las Casas – Palenque que, con el
tiempo, la incapacidad operadora del gobierno local y los errores en los
procedimientos políticos, perdió toda posibilidad de concretarse.
Las
tareas encomendadas a Velasco Coello para facilitar las obras fracasaron junto
a su gobierno entero. No hubo un proceso de acuerdos o negociaciones efectivas.
Los grupos opositores al proyecto le ganaron la batalla sin que los dos
secretarios de gobierno en turno pudieran
hacer algo para abrir posibilidades de diálogo y concertación.
La
obra del sexenio para Chiapas, anunciada el 12 de febrero de 2014 durante la
inauguración de Aeropuerto de Palenque, terminó por diluirse. Tan sólo durante
el año 2014 el trazo carretero fue modificado cinco veces para evadir los
puntos comunales de mayor conflicto. El paso por tierras o comunidades
tzotziles se convirtió en la mayor dificultad para realizar los procesos de
compra a propiedad federal.
Desde
ese momento la viabilidad del proyecto comenzó a complicarse más y el interés
de las autoridades federales para concretarlo también se esfumó. De acuerdo a
información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), mediante su
plataforma virtual “Transparencia Presupuestaria: Observatorio del Gasto”,
durante el mes de marzo de 2016 la obra recibió un importante recorte de siete
mil millones de pesos al financiamiento total.
El
último golpe presupuestal fue aplicado durante el transcurso de este mismo año.
La SCT informó que durante 2018 en el proyecto sólo se ejecutarían 250 millones
de pesos, de los 500 mil que se habían prometido desde 2017. El proyecto fue
finalmente reducido a una simple obra de modernización o mejoramiento de la
vieja carretera.
Otro
de los grandes proyectos que no terminaron por consolidarse durante su sexenio
fue la Zona Económica Especial (ZEE) de Puerto Chiapas. Y es que, aunque el
proyecto se ha vendido mediáticamente como todo un éxito, en la realidad sigue
en promesas de inversión que no terminan por hacerse efectivas. hasta ahora sólo
se han aprobado 280 millones 336 mil pesos, de los siete mil 300 millones que
realmente se requerían de arranque.
Rafael
Castillejos Guizar, presidente del Consejo Empresarial para la Productividad,
aseguró recientemente que existen varios errores de origen en el proyecto, como
el trazado del agroparque fuera del complejo principal y la compra de terrenos
no aptos. Lo cierto es que de las más de 80 empresas que se manifestaron
interesadas durante la puesta en marcha de la ZEE, hoy sólo son 16 las que mantienen
interés para invertir sobre la zona.
Sin
embargo la mentira más dolorosa de gobierno de Enrique Peña en Chiapas tiene
que ver con la tragedia provocada por los terremotos de septiembre de 2017. A
un año de lo sucedido las demoras e irregularidades en la entrega de recursos
para la reconstrucción apuntan a convertirse en un herencia que transitará más
allá del actual sexenio.
La
realidad de cientos de familias damnificadas en Chiapas dista mucho de los
discursos y cifras oficiales que parecen distantes a los escenarios desoladores
que aún prevalecen dentro de las zonas devastadas aquel 7 de septiembre. Miles
todavía viven en las calles, viviendas improvisadas, casas de familiares o
vecinos e, incluso, bajo el riesgo estructural de sus hogares agrietados.
El
letargo de las autoridades federales y estatales para hacer llegar los recursos
económicos asignados para la reconstrucción ha sido excesivo y plagado de
irregularidades sospechosas. Desde noviembre del año pasado se denunció la
detección de tarjetas clonadas para la reconstrucción. El propio Bansefi
denunció oficialmente más de 60 casos sobre tarjetas que fueron saqueadas antes
de ser entregadas.
No
obstante, las denuncias sobre familias que fueron censadas y empadronadas, pero
nunca recibieron las tarjetas o se las entregaron pero los recursos no han
llegado (a más de un año de lo sucedido) rebasan por mucho las cifras
oficiales. Las protestas en la Frailesca y Costa de Chiapas se han convertido
en una constante ante la desesperación de quienes siguen a la espera que el
apoyo prometido finalmente llegue.
El
gobierno de Enrique Peña Nieto quedará en la historia de Chiapas como un
sexenio perdido entre la intrascendencia y el fracaso absoluto, pero, sobre
todo, cómplice del peor gobierno estatal, protagonista de descarados saqueos,
abusos e ilegalidades que dejaron a la entidad en el peor de los quebrantos…
así las cosas.
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