MANUEL
DÍAZ
@diaz_manuel
Para
Elsy Lester por su pasión tuitera
A un
mes de que inicien formalmente las campañas presidenciales tal parece que los
tres principales candidatos comenzarán el mes de marzo acompañados por el
fantasma de la corrupción. Como en la casa del jabonero, donde el que no cae,
resbala.
Lo
que empezó quizá como la guerra sucia de una fuerza política contra otra,
terminó por levantar la tapa de la cloaca y ahora todos, sin excepción, están
embarrados.
Comencemos
con Meade
Los
actos de corrupción que se han registrado durante la administración del
presidente Peña son con cargo a la campaña del candidato José Antonio Meade. A
todo lo que se conoce de los gobernadores presos, como Javier Duarte de Ochoa,
Roberto Borge, Tomás Yarrignton y el prófugo César Duarte, se le suma lo que
puede ser el mayor de los escándalos, el de la Estafa Maestra que involucra
directamente a la actual secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano, Rosario Robles Berlanga.
De
Anaya a Canaya
Del
otro lado, se complica la defensa de Ricardo Anaya, quien si bien se presentó
de manera teatral a la PGR, acompañado para darse valor, de los salinistas de
hueso colorado Diego Fernández de Cevallos y Dante Delgado, para entregar una
carta en la que exige que la dependencia aclare si de las investigaciones
realizadas en su contra y cito textualmente, “se desprende alguna conducta mía
que conforme a la ley pueda ser constitutiva de delito”. Lo que parece un
simple te presiono ante la opinión pública, para que me exoneres.
Al
respecto la PGR aseguró que actúa conforme a la ley y que ello es ajeno a los
procesos electorales o actividades partidistas. Da la impresión de que Anaya
pretende ampararse detrás de su papel de político y candidato para evadir a la
justicia. La misma PGR, aseguró que en repetidas ocasiones lo ha invitado a
rendir declaración ministerial para lo que a su derecho convenga, invitación
que rechazó, a pesar de tener a su lado a uno de los más importantes abogados
penalistas, como lo es Diego Fernández de Cevallos, declinó ejercer su derecho
para que se aclaren si son o no fundadas las acusaciones de lavado de dinero en
su contra.
El
caso es que mientras él se niega a declarar, la información inculpatoria hacia
el candidato presidencial de la coalición Por México al Frente empieza a
circular en los medios de comunicación:
El
senador Javier Lozano difundió un video en el que exhibe a decir de él, tres
mentiras de Ricardo Anaya en el caso de lavado de dinero del cual se le acusa.
Lozano
Alarcón asegura que la firma Manhattan Masterplan
Development no es del señor Juan Carlos Reyes, sino de
Luis Eduardo López López que “a decir de los involucrados en el caso es el
chofer de Manuel Barreiro”, quien por cierto huyó a Canadá.
También
asegura que la empresa Manhattan Masterplan Development, fue declarada por el
SAT “como una empresa fantasma” el 16 de febrero y afirma además, que el
capital con que inició esta empresa fue de 10 mil pesos, cinco mil puestos por
el chofer de Manuel Barreiro, Luis Eduardo López y los otros cinco mil por otra
empleada de Barreiro, María Amada Ramírez Vega.
Aristóteles
Núñez aclara
Y
como bien lo dijo Aristóteles Núñez, uno de los funcionarios más profesionales
y honestos que entiende perfectamente estos menesteres, el ex titular del SAT
al ser entrevistado por el periodista Ciro Gómez Leyva, señaló que Ricardo
Anaya deja más dudas sobre sus aclaraciones:
Aristóteles
Núñez comentó que en la explicación que dio el panista Ricardo Anaya para
aclarar la compraventa de una nave industrial en Querétaro, quedan dudas acerca
de la hipoteca que tramitó su esposa y acerca de quién construyó el inmueble.
Aseguró que si Carolina Martínez Franco, esposa del candidato presidencial,
tramitó el crédito contra la hipoteca de su vivienda, debió hacer una
aportación a la empresa constructora y que sería importante saber quién
construyó la nave y cuánto costó, porque el valor agregado tiene que ver con la
ganancia, la cual fue muy buena, pues el terreno de siete mil metros cuadrados
costó alrededor de 11.3 millones de pesos y se vendió en 54 millones.
De
combatir la Mafia del Poder a adoptarla
Al
candidato, de la alianza “Juntos Haremos Historia”, Andrés Manuel López Obrador
también se le juntan los expedientes de corrupción de sus principales
allegados.
Recientemente
se le ha cuestionado por la defensa a ultranza que ha venido realizando de su
amigo y prospecto a candidato a senador plurinominal, Napoleón Gómez Urrutia,
sobre quien pesan diversas acusaciones de lavado de dinero y malversación de
fondos desde la administración de Felipe Calderón, situación que lo llevó al
exilio a Canadá, país donde radica, e incluso, obtuvo ya la nacionalidad.
Al
igual que Anaya, López Obrador pretende debatir el tema en los medios de
comunicación, para así exonerarlo. Exige que se le compruebe su culpabilidad y
que se muestren los expedientes que por razones de procedimiento, no pueden ser
públicos.
A
este personaje de triste recuerdo, se suma su gran defensor, quien tuvo la
osadía de comparar al líder sindical con Nelson Mandela. El ahora ideólogo de
la campaña de Andrés Manuel y antes financiero de la campaña de Vicente Fox, Alfonso
Romo.
A
Romo le explotó un escándalo, mismo al que hizo referencia ayer el periodista
Carlos Loret de Mola en su columna del Universal y que es analizado
espléndidamente por don Federico Arreola, en relación con una rtículo publicado
en el The Wall Street Journal, y que lleva la firma de una de las periodistas
más prestigiadas e influyentes de Estados Unidos, Mary Anastasia O´Grady, en su
escrito se menciona que Romo presuntamente engañó a sus socios y accionistas y
se condujo sin ética en una multimillonaria operación financiera que inició en
el año 2002 y que habría incluido simulaciones y autoventas.
Al
referirse a este artículo del WSJ, Federico Arreola documenta la relación de
Alfonso Romo con el dictador y genocida chileno, Augusto Pinochet, recuperando
para ello, un artículo de la Jornada del 28 de marzo de 2005 y el libro
“Pinochet, S.A. La base de la Fortuna”, nuestro director general recuerda que
utilizó esta publicación para advertir en 2012 a AMLO acerca del pasado de
Poncho Romo.
A
estos escándalos podríamos sumar el posible expediente del fraude de la línea
12 del Metro, que involucra directamente a Marcelo Ebrard, quien incluso por
este motivo se fue del país desde el 2013. También está el tema de los sismos
del 19 de septiembre y el Colegio Rébsamen, porque pareciera que se tratan de
ocultar actos de corrupción cometidos por la delegación Tlalpan, a cargo de
Claudia Sheinbaum, en favor de la directora y dueña del plantel educativo,
Mónica García Villegas.
Con
todo esto, tal parece que la PGR y la secretaria de la Función Pública tendrán
mucho trabajo y deberán actuar de forma independiente y con imparcialidad,
caiga quien caiga. Ahí está también el informe del Auditor Superior de la
Federación y las instancias ciudadanas que han acompañado el proceso de
auditorías.
Para
finalizar, retomo una columna de Mauricio Merino publicada el 12 de febrero en
El Universal donde habla de la falsa ecuación de la democracia que esperaba
resultados de “pluralidad partidaria + dispersión del poder = a democracia. Las
reformas han estado orientadas a esas ecuaciones, pero el resultado ha sido
distinto”.
Todos
los partidos y candidatos han sido ya gobierno, no es de uno u otro, es de
todos, por ello Merino concluye que "para volver a empezar, hay que
someter a los aparatos políticos” y yo añadiría, la forma será el tener un
sólido sistema nacional anticorrupción, el cual no se ha concretado por la
falta de voluntad de los partidos políticos, y someter a la ley por parejo, a
todos los corruptos.
Comentarios
Publicar un comentario