Una
reforma agraria de hace 40 años ha confrontado todo este tiempo a los
habitantes de dos municipios del estado de Chiapas, Chalchihuitán y Chenalhó,
lo que ha generado enfrentamientos y el desplazamiento de más de 5 mil personas
que ahora viven en condiciones precarias en las montañas.
La
diócesis de San Cristóbal de las Casas denunció que en las comunidades de
Chalchihuitán prevalece “un ambiente de terror” generado por grupos armados
ilegales que actúan en la impunidad.
Estamos
prácticamente secuestrados por los habitantes de Chenalhó, nos taparon los
caminos de Pom y Canalumtic, no podemos pasar, hay árboles y piedras; todos los
días por las noches lanzan ráfagas de metralleta y no podemos trabajar en
nuestros cafetales”, acusaron los desplazados.
En
tierras cercanas a Simojovel han improvisado pequeñas casas de nylon para
refugiarse del frío y de la lluvia. Juan Gabriel Girón Gómez afirmó que la
alcaldesa de Chenalhó, Rosa Pérez Pérez, tiene más poder que el gobierno,
porque no saca a su gente que está armada.
En
una primera intención de pacificar la zona limítrofe entre Chalchihuitán y
Chenalhó Rosa Pérez Pérez, prometió sacar a su gente, pero no lo hizo”, afirmó
Girón.
El
problema no solo se concentra en Chalchihuitán, sino que en Chenalhó son más de
mil personas que también se han desplazado de sus viviendas a causa de los
constantes conflictos.
Esto
lo confirmó el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi,
quien detalló que los 5 mil desplazados de Chalchihuitán y los mil de Chenalhó
se han establecido en distintos campamentos improvisados con chabolas
realizadas a partir de palos y cobijas, y expuestos a las inclemencias del
tiempo.
Cortaron
la carretera y muchas personas huyeron por miedo a las montañas. Cerca de 5 mil
personas de Chalchihuitán se desplazaron, incluidas mujeres, niños y ancianos.
Durante estas últimas semanas hubo balaceras (tiroteos) y algún muerto”,
explicó Arizmendi.
Uno
de los enfrentamientos más crudos entre indígenas de la zona fue en 1997 cuando
se registró una masacre en la que murieron 45 personas de la etnia tzotzil.
El
peligro de que haya más violencia es inminente. El ambiente es semejante al que
había antes de la matanza de Acteal”, alertó el obispo.
Desde
el 21 de noviembre, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas
A.C., ha corroborado la situación de emergencia en la zona Altos de Chiapas y
ha denunciado la presencia de grupos armados que cortaron la carretera y
bloquearon todos los accesos a las comunidades de Chalchihuitán.
La
confrontación actual entre los municipios vecinos de Chalchihuitán y Chenalhó
se remonta a la reforma agraria de hace 40 años, que trazó una línea recta para
establecer los límites territoriales de cada municipio, en lugar de respetar el
recorrido natural del río que les separa.
Ello
conllevó un intercambio forzado de tierras entre ambos municipios que provocó
un conflicto entre familias que se ha agudizado en las últimas semanas con
ataques armados.
El
gobierno chiapaneco debe buscar métodos para atender la violencia, puesto que
hay muchas personas armadas y la gente de Chalchihuitán está desprotegida en
las montañas. Insistimos primero que ambos municipios deben resolver sus
problemas de forma pacífica. Y, segundo, la Sedatu (Secretaría de Desarrollo
Agrario) debe meter mano en el asunto porque depende de ellos”, exhortó el
obispo Arizmendi.
Por:
Excélsior
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