En
la Mira
Héctor
Estrada
Tremendas
son las acusaciones que han caído sobre los hombros de la ex alcaldesa y ahora
regidora tuxtleca Victoria Rincón Carrillo quien, según expedientes del
ayuntamiento capitalino, durante su administración adquirió una deuda por 104
millones de pesos para la construcción y habilitación de un relleno sanitario y
diversas obras viales que nunca se realizaron, cuyo destino del monto de
inversión total se desconoce hasta la fecha.
Las
pruebas sobre la adquisición de la deuda constan en la Acta de Cabildo 137 del
Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez 2001-2004 y precisan diversas obras que nunca
se llevaron a cabo. Destacan la supuesta construcción de un camino de acceso al
relleno sanitario por un monto de 12 millones de pesos; la construcción de
relleno sanitario por 10 millones de pesos y la pavimentación de la
Prolongación Calle Ciro Farrera, del Bulevar Belisario Domínguez a Carretera
Chicoasén, incluyendo un puente en el Río Sabinal, con un costo de 17 millones.
A
las obras proyectadas se suma la pavimentación de la Calle Club de Leones, de
Bulevar Belisario Domínguez a la 5ta Norte, incluyendo el puente sobre el Río
Sabinal, con un costo de 20 millones de pesos; la apertura de la Prolongación
del Bulevar Juan Sabines, del Fraccionamiento Los Laureles a Plan de Ayala, con
un costo de 15 millones de pesos y la construcción de la Techumbre del Mercado
Pascacio Gamboa, con un costo de 10 millones de pesos.
Además
de la sectorización, detección y control de fugas de agua en las colonias de la
Zona Norte, con un costo de 5 millones de pesos; la construcción de 4 puentes
en la colonia Bienestar Social por 3 millones de pesos y la pavimentación de la
Prolongación de la 12 Poniente Norte, entre 17 Avenida Norte Poniente y
Libramiento Norte, por un monto similar de 3 millones de pesos. Todas son obras
que recibieron recursos de financiamiento federal y nunca se realizaron.
Y el
caso relacionado con el “relleno sanitario fantasma” parece tomar dimensiones
aún mayores, pues resulta, según expedientes, que el predio comprado por el
Ayuntamiento tuxtleco para la construcción del relleno sanitario, cuando Rincón
Carrillo era alcaldesa, pertenecía a amigos cercanos de la presidenta
municipal; pero además se encontraba en una zona ejidal (Ejido de Copoya) que
legalmente no podía ser adquirida de manera directa por la figura del
ayuntamiento.
En
caso de corroborarse semejante fraude y desfalco a las arcas municipales
durante la administración 2001-2004, este hecho significaría otro tremendo
escándalo de saqueo desproporcionado al municipio tuxtleco. Y es que, el predio
comprado podría, incluso, ser perdido por el gobierno municipal mediante un
litigio agrario. No obstante, lo que aún pesa sobre los tuxtlecos es que los
104 millones de pesos son una deuda vigente.
Es
una deuda adquirida con el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos a un
plazo inicial de 10 años que luego fue reestructurada a 20 años, por lo que aún
cuesta a las y los tuxtlecos. Una obra que además hubiese evitado el tremendo
problema que hoy enfrenta la capital chiapaneca con el caso Proactiva. Estuvo
en manos de Victoria Rincón Carrillo resolver anticipadamente una problemática
que hoy sangra las arcas municipales, pero a avaricia y corrupción pudieron más
lamentablemente… así las cosas.
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