La
tarde del 31 de agosto, México recibió la visita de una figura pública
impopular en el país: el candidato republicano a la presidencia de Estados
Unidos, Donald Trump, quien a lo largo de su campaña ha acusado a los mexicanos
de llevar droga y crimen a territorio estadounidense, por lo que aboga por
construir un muro en la frontera común.
Trump
llegó a México por invitación del presidente Enrique Peña Nieto. Para asistir
al encuentro, el magnate aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad
de México (AICM). Desde ahí, sus traslados ida y vuelta a la residencia oficial
de Los Pinos corrieron a cargo del Estado Mayor Presidencial (EMP), que para
ello destinó, al menos, un helicóptero, pilotos y combustible, según explica el
propio organismo en respuesta a una solicitud vía transparencia.
Sin
embargo, el EMP declara "inexistente" la información sobre cuánto
costaron tales recorridos. En el oficio entregado a Expansión, fechado el 13 de
octubre, se argumenta que los recursos empleados forman parte del gasto general
que hace la flota de la institución.
"No
es posible determinar el costo que de manera específica generó tal
acontecimiento, ya que dichos traslados forman parte de las actividades
cotidianas que (…) desempeña la coordinación general de Transportes Aéreos
Presidenciales de este órgano técnico militar”, dice el documento.
El
EMP es el organismo responsable de proteger al presidente de México. Sus
aeronaves están al servicio del jefe del Poder Ejecutivo federal, quien puede
ordenar la transportación de otras personas, de acuerdo con el artículo 29 del
reglamento de la institución.
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