Tuxtla Gutiérrez.- Sospechosamente como ha sido toda su vida, el
diputado local del Distrito XVIII, Neftalí del Toro, decidió aguantar hasta el
último minuto, para ver si cuajaba la negociación de una magistratura del
Supremo Tribunal de Justicia de Estado, que pidió a cambio de no inscribirse
como Pre- candidato a la alcaldía de Tapachula por el PRI. Al no lograr su
objetivo, una llamada del dirigente estatal, Roberto Albores Gleason, le
solicitó que concluyera su registro y que no se preocupara al tiempo de
colgarle el teléfono.
En el registro, ya había otros tapachultecos como
José Antonio Toriello Elorza, conocido empresario local y Presidente municipal
de la Fundación Colosio y un ex militar retirado que responde al nombre de
Walter Orozco. Ambos se adelantaron y culminaron su registro, lo que generó
escalofríos en el legislador. Desesperadamente, según informan sus
colaboradores cercanos, se la pasó llamándole en diversas ocasiones al
dirigente estatal del PRI, Roberto Albores Gleason, quien luego de dos horas le
devolvió la llamada.
Presumen que Albores, lamentó no tener la
negociación en sus manos y que no había más que hacer, por lo que tenía que
cumplir con el registro como precandidato, perdonándole su grave falta de no
presentar el exámen del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político
(Icadep), con tal de que estuviera dentro de las precandidaturas, sin
considerar un proceso interno para definir al candidato de unidad, ante la
presión de dos grupos políticos como el de Antonio de Jesús Díaz Athié, quien
negoció una diputación plurinominal para abogar por del Toro Guzmán y por el
otro lado, José Antonio Aguilar Bodegas, quien estaría respaldando a José
Antonio Toriello Elorza, junto al grupo político de priistas más fortalecidos
en Tapachula.
Desesperado, en cuestión de minutos, del Toro
Guzmán, arribó a la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional, para
culminar su registro, pese a no pedir licencia en el Congreso del Estado, lo
que deja muchas lagunas y dudas en torno al destino de este diputado, famoso
por las negociaciones bajo la mesa y el gusto de pedir dinero por
adelantado.
Los últimos en enterarse de sus negociaciones
perversas y con fines de lucro, son sus allegados y colaboradores, quienes
decidieron caer en el juego y difundir su complicada inscripción que hoy sigue
en la burbuja de la simulación y el chantaje, porque no alcanzó la alianza con
otros partidos, tal como habían presumido. El aún diputado local por el XVIII Distrito, no
metió licencia por que no tiene quien lo supla, según la ley no puede
renunciar, pero si pedir licencia para que un tercero supla el trabajo
legislativo, evadiéndolo de las responsabilidades legislativas y por
consecuencia del sueldo. Pero del Toro, es muy coche y pretende seguir cobrando
en el Congreso de Chiapas, al no tener segura la candidatura, mucho menos una
alianza que se podría presentar en su contrincante muy fortalecido por cierto
que ha salido 7 puntos arriba, en las últimas tres encuestas.
Comentarios
Publicar un comentario