Claudia Sheinbaum Pardo, a invitación de los pueblos originarios de Xochimilco, recibió de manos de mujeres, jóvenes y niñas el bastón de mando que representa a las madres, hermanas e hijas de Xochimilco a través del ritual sagrado de los cuatro puntos cardinales; “ella va a hacer el compromiso de que ninguna mujer ha tenido el valor de hacerlo… Madrecita Tierra, que sea nuestra presidenta Claudia Sheinbaum”, mencionó la mayor, “abuelita” Amalia Salas Casales.
Durante la ceremonia, la también activista en defensa del maíz, la tierra y el agua, aseveró ante integrantes de los pueblos xochimilcas, tlaxcaltecas, otomíes y del Mezquital, que Sheinbaum Pardo es una mujer con valentía para luchar por las causas justas: “((… es la primera mujer que ha luchado por las mujeres, por los pueblos y barrios, nunca nadie lo había hecho”.
En el acto, por medio del humo aromático del copal y de diferentes elementos sagrados, las comunidades de los pueblos originarios solicitaron a elementos de la naturaleza permiso para “empoderar” su camino a través del conocimiento para que sea ella quien se convierta en la próxima mujer en liderar los destinos de la nación, “por su visión de honrar y enaltecer a México-Tenochtitlán”.
“Pido que esta gran mujer llegue a ser presidenta, que ha demostrado con su trabajo que ha sido una mujer luchadora que se ha dedicado día y noche a trabajar.
“Tenemos que apoyarla con mucha fe, con mucha esperanza, con mucha voluntad para que México se salve de tantas enfermedades, de tanta violencia, de tanta pobreza”.
Por su parte, Carolina Muñoz Rodríguez agradeció a la Dra. Claudia Sheinbaum por su gran compromiso con los barrios originarios de México, “las mujeres de los pueblos originarios estamos muy contentas porque ha demostrado ser una persona comprometida con y para el pueblo, para que nuestro bienestar como mujeres indígenas sea una realidad”.
“Le pedimos honrarnos con responsabilidad, entregando el corazón y la inteligencia que la caracteriza para garantizar el buen vivir de todas y todos”, añadió.
A su vez, Lucero Ambrosio, originaria del Valle de
Mezquital, describió a Claudia Sheinbaum como una gran mujer, científica,
política y, sobre todo, como una gran compañera activista, lo que fue celebrado
por los asistentes al grito de: “¡Es un honor estar con Claudia hoy!”.
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