William Chacón
El retomar las clases presenciales tuvo un impacto positivo a nivel emocional en la mayoría de los estudiantes de nivel básico, sin embargo, en ciertos casos no fue así, debido a que durante el periodo que no acudieron a la escuela desarrollaron una adicción a la tecnología, lo que los lleva al aislamiento.
La psicóloga infantil Leticia Pérez de la Cruz comentó que cada persona, en particular, tiene sus propios procesos para sobrellevar los cambios. Indica que en todos los casos representa un nuevo proceso de adaptación el haber cambiado de nivel, de escuela, si aumentaron de peso, si se enfermaron, si presentan tecnoadicción, es decir, todos tendrán reacciones diferentes.
Lo cierto es que, para toda persona y sin importar la edad, un cambio genera estrés, incluso el haber regresado a las aulas. Y aunque pareciera que debería ser algo positivo para todos porque van a regresar, podrán ver a personas que no habían visto, así como conocer a nuevos compañeros, es un gran desafío emocional.
Las consecuencias de ese nivel de estrés dependen de cómo lo enfrenten, principalmente los niños y adolescentes, además de su seguridad personal, del ambiente familiar en el que viven, si la familia los apoya, si hay comunicación y vínculos, pues que los procesos son más fáciles, contrario a cuando hay violencia, aislamiento y falta de empatía.
Situación
Enfatizó que sin duda para los niños y adolescentes que se adaptaron al uso del celular o la computadora por varias horas, quizá por falta de supervisión de los padres que tenían que trabajar, el regresar a las aulas fue un proceso mucho más complicado porque es romper un hábito.
“El impacto de regresar a las aulas depende del ambiente que haya vivido durante los casi dos años de recibir clases en casa, si tuvieron ayuda, atención y convivencia de la familia, o si hubo situaciones de maltrato y violencia, si los papás estuvieron ausentes, lo que les dificulta su capacidad de adaptación”, compartió.
En el comportamiento de los niños, sobre todo la familia, influye en gran medida en su capacidad para desenvolverse socialmente, adaptarse a los cambios, ser seguros de sí mismos y el lidiar con sus emociones de forma positiva.
En el
marco de las vacaciones de verano por el fin de ciclo escolar, la especialista
recomendó a los padres y madres de familia hacer actividades con sus hijos, ya
sea en casa o inscribirlos a un curso de verano, a fin de que no pierdan
nuevamente ese proceso en su formación.
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